lunes, 14 de junio de 2010

ENDORFINA VS ADRENALINA

Las endorfinas recompensan lo que es bueno para la salud, el bienestar y la armonía, o el mantenimiento de la especie: el amor, el sexo, la lactancia materna, comer. Es un sistema que premia la “creación de lazos” ya sean amorosos, amistosos, familiares o sociales.

Todo empezó con la investigación sobre las drogas, cuando se observó que el opio, la morfina o la heroína producían sus efectos tras encajar en unos receptores específicos en las células. Pero dado que el organismo no tiene receptores más que para lo que produce, un equipo de investigadores intuyó la existencia de sustancias internas similares a estas drogas. La investigación dió como fruto el descubrimiento de unas proteínas, las endorfinas (“endo-morfinas”), responsables de las sensaciones de bienestar, placidez, alegría, placer, ganas de vivir. Es el sustrato bioquímico de la “sal de la vida”.

Se trata de un sistema de adaptación que amortigua el dolor: sin ellas un simple roce sería doloroso; por eso el ejercicio físico incrementa su producción. Pero también recompensa lo que es bueno para la salud, el bienestar y la armonía, o el mantenimiento de la especie: el amor, el sexo, la lactancia materna, comer. Es un sistema que premia la “creación de lazos” ya sean amorosos, amistosos, familiares o sociales. El contacto piel con piel aumenta su producción: es la base del “sana sanita” con las madres “curan” a sus niños. La sensación de euforia del enamoramiento o el estado de bienestar tras el orgasmo son ejemplos de un “pico” en la producción de endorfinas. A ellas se debe el placer que produce la contemplación de la belleza, el contacto con la naturaleza, la risa.

El poder de la adicción a las drogas está relacionado con el mecanismo de regulación de las endorfinas: teniendo una estructura similar, si se encuentran en la sangre en altas concentraciones el organismo no necesita producirlas. Una vez pasado el efecto, el adicto tiene que buscar fuera lo que su cuerpo ha dejado transitoriamente de sintetizar: es el mono.

Su potente influencia sobre el sistema inmunitario explica el efecto placebo, y ayuda a comprender por qué los estados depresivos favorecen las enfermedades. Los leucocitos son extremadamente sensibles a las endorfinas, para las cuales tienen receptores específicos. Las endorfinas aumentan la producción y eficacia de las células T killer, que mantienen a raya virus, bacterias y células cancerosas y también estimulan la síntesis de antioxidantes endógenos.

Su secreción es continua, pero está sujeta a influencias. Se favorece por un estado mental relajado y receptivo, lo que se conoce como estado alfa, pero disminuye en estado beta: tenso y mentalmente activo. Esto explica por qué un estrés excesivo y mantenido no sólo impide disfrutar de la vida: también promueve la enfermedad. Pero la cualidad del estrés también es determinante, y en eso juega un papel importante la motivación. Hay mucha gente “enganchada” a las sensaciones que producen la combinación de adrenalina y endorfinas. Es el caso de los deportes de riesgo.

Si analizamos bajo este punto de vista lo que sucede en el parto, resulta fácil comprender por qué se ha convertido en algo tan difícil. Lo que es vital para el mantenimiento de la especie es “premiado” por la naturaleza con un aumento en la producción de endorfinas. Por ser vital para la especie y además doloroso, el parto se acompaña de una marea endorfínica que amortigua y modifica la percepción del dolor, favorece la dilatación y prepara el vínculo con el recién nacido. Pero la producción tanto de endorfinas como de oxitocina (hormona conductora del parto) son fácilmente inhibidas por las hormonas del estrés. Y el estrés es inherente al parto hospitalario a causa de factores como la falta intimidad (que toda mamífera necesita para parir), la postura inmovilizada boca arriba, las prácticas de rutina o la posición subordinada de la parturienta dentro de la jerarquía hospitalaria.

Estas “moléculas de la felicidad” constituyen pues un puente entre mente, emociones y cuerpo, y favorecen de un modo natural, inocuo, autónomo y muy barato los mecanismos internos de curación. También inciden en nuestra capacidad para disfrutar de la vida y afrontar con optimismo las vicisitudes diarias, con un efecto de “ida y vuelta”: el buen humor promueve la producción de endorfinas, y éstas a su vez promueven el buen humor. Es una auténtica botica de “medicina natural interna” cuyo estímulo, afortunadamente, depende en gran medida de cada uno.

En nuestras manos queda, pues, la posibilidad de “automedicarnos”, sin temor a los efectos secundarios. ¿Qué estamos estresados, fatigados, faltos de motivación? ¿Qué a pesar de “tenerlo todo” estamos en estado de tensión y no conseguimos disfrutar de nada en especial? Puede ser que nuestras endorfinas estén bajo mínimos. Quizá sea el momento de parar y regalarnos un paseo en la naturaleza, un partido con los amigos, o quizá una cena romántica, ir a ver una comedia o salir a bailar. ¿Qué no es posible? Siempre nos queda disfrutar de un rato de juego con los niños, ver una película de risa, conversar, escuchar nuestra música favorita, darnos un baño caliente, hacer una sesión de yoga …

Isabel Fernández del Castillo
Publicado en El Magazine de El Mundo en 2004

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ADRENALINA
Cuando una persona está con miedo o en una situación amenazadora, el cuerpo automáticamente produce comportamientos de supervivencia, libera hormonas para luchar y/o huir. En algún momento todos hemos sentido los efectos de la adrenalina, podemos recordar la palpitación acelerada del corazón, la respiración acelerada y un deseo de huir del peligro. Otros síntomas son: el aumento de azúcar en la sangre, de la presión, disminuye la actividad en el sistema digestivo, de sangre a los órganos, la piel se pone fría y suda, y se dilatan las pupilas. El efecto es que el cuerpo dirige la sangre a las partes del cuerpo que requieren el oxígeno para escapar del peligro: los músculos periféricos, el corazón, los pulmones y el cerebro.
En la labor del parto la adrenalina inhibe la labor por que:
• Se disminuye el nivel de oxitocina, en proporción directa a la cantidad de adrenalina producida.
• No permite la dilatación del cuello
• El útero recibe menos sangre, pues menos oxígeno; así es que las contracciones serán más dolorosas.
• Se caen los niveles de endorfinas.

Efectos clínicos
Pánico, agitación, gritos, movimientos y actividad extremos, ojos fijados, aumento en la presión, menos contracciones o se detiene completamente, aumento en el dolor de las contracciones, labor estacionada
Diagnosis médico
• Distosias, contracciones no-efectivas, falta de progreso, estacionamiento, etc.
Diagnosis más apropiado
• Respuesta natural a una situación amenazadora
• Balance perfecto de hormonas en la circunstancias

La mujer con altos niveles de adrenalina durante la labor del parto necesita mensajes positivos y un cambio en el ambiente, para volver a sentirse segura. El trabajo de las y los asistentes en la labor es de proteger a la madre y hacer cambios que ella percibe necesarios.
Respetar las necesidades de producir ampliamente la oxitocina y las endorfinas, y a la vez mantener bajo el nivel de adrenalina para producir el milagro de una nueva vida, humaniza el parto, respecta y dignifica a la mujer y su bebé en un momento clave de la existencia.


ENDORFINA
Nuestro cuerpo produce de manera natural una hormona responsable de aumentar la alegría y de eliminar el dolor, esta hormona recibe el nombre de endorfina.
Muchas veces nos hemos encontrando disfrutando de una sensación de alegría, de felicidad, de ganas de vivir, sin encontrar una razón determinada. Aún cuando hayamos tenido un día complicado, una mañana agotadora, de repente, nos sentimos inmersos de una sensación que no se puede describir, pero, que nos hace sentir muy bien, esta euforia, como los sentimientos que experimentamos y que parecen salir de la nada, nacen en realidad de cerebro. Cuando la endorfina comienza a proporcionar dosis extras se reduce el dolor físico y aumenta el amor por la vida. A medida que en nuestro cuerpo circula más cantidad de endorfina que lo habitual, las cosas insignificantes que vemos todos los días pasan a causarnos una enorme alegría. Si bien son muchos los factores psicológicos que influyen en nuestro estado de ánimo, la endorfina es a la que le corresponde el papel más importante para determinar como nos sentimos a diario. Cumple una función muy importante en el equilibrio entre la depresión y la vitalidad. Como todas las hormonas, la endorfina es una sustancia bioquímica que en este caso actúa como analgésico y euforizante natural. Es considerada la verdadera droga de la felicidad, teniendo en cuenta además, que se trata de una sustancia química natural producida y elaborada por nuestro cuerpo, no causa ningún efecto secundario y se obtienen excelentes resultados. Si bien en la actualidad son los bienes materiales los que nos estimulan a sentirnos plenos, no debemos olvidar que la felicidad la tenemos que buscar dentro nuestro y dirigirnos a encontrar lo que estimula la producción de endorfinas y así lograr la felicidad. Si enfrentamos las situaciones con una actitud positiva lograremos aumentar la producción de esta hormona y así podremos vivir situaciones agradables, aprovechar las oportunidades que son nos cruzan en esta vida, acercarnos a nuestros sueños y evitar de esta manera el sufrimiento y la falta de placer.

Formas para poner en marcha la producción de endorfinas:
Existen numerosas fórmulas para poner en acción la producción de endorfinas, sin usar medicamentos y así poder disfrutar a pleno, cada día. Hay que tener en cuenta, que nuestro organismo libera pequeñas dosis de endorfinas que a su vez, en poco tiempo, son eliminadas por unas enzimas, también elaboradas por nuestro cuerpo. Esto se debe a que si las endorfinas circularan libremente por nuestro cuerpo, no sentiríamos el dolor y esta es la única manera de darnos cuenta que existe algún problema físico, tampoco podríamos valorar la felicidad cuando logramos conseguirla. Si bien no es posible ni conveniente eliminar estas enzimas, sí existen distintas maneras de lograr que la producción de esta hormona sea constante. El método es sencillo, debemos potenciar las situaciones que nos resultan agradables aumentando así nuestro estado de ánimo y como consecuencia se estimulará la producción de esta hormona. Uno de los primeros pasos es disfrutar de las pequeñas cosas que nos suceden a diario.

Las comidas: Disfrutando del color, la textura, el aroma, el sabor de determinadas comidas estimulamos varios sentidos de nuestro cuerpo, esto produce una experiencia sensorial que desarrolla la producción de endorfinas. Debemos eliminar la gula y la comida chatarra.

La música: Escuchando música logramos penetrar en una experiencia sensorial tan grande, que ésta influye enormemente en nuestro estado de ánimo. Para aumentar la producción de endorfinas debemos crear un ambiente placentero, eligiendo la música que más nos relaje o que más nos guste.

Los ejercicios físicos: No debemos realizarlos encerrándonos en un gimnasio, la mejor manera de disfrutar de ellos es corriendo, caminando o andando en bicicleta. Estos ejercicios ayudan a eliminar la depresión y es la mejor y más rápida manera de elevar las endorfinas.

La risa: Es un excelente estimulante del cuerpo tanto físico como emocional, mejora la respiración, libera tensiones y produce endorfinas. Hay que procurar recuperar el buen humor, rescatando la capacidad de reír y la buena predisposición.

Las ilusiones sanas: Se trata de poder disfrutar del futuro, despegándose del pasado y de las cosas malas que nos suceden en el presente. Sobreponernos a las cosas adversas teniendo proyectos esperanzadores y soñando con cosas posibles de concretar. Si mantenemos las ilusiones y las expectativas reales lograremos mantener el buen humor y nos será más fácil comenzar cada día.

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